N.68 SEVILLA CIUDADES IMAGINADAS, CIUDADES REALIZADAS. Desde Al Rawda a la Estación Espacial Internacional.
Sevilla: Ciudad de los sentidos
Siempre en nuestro blog hemos abordado el tema de las ciudades planificadas, aquellas que surgen en una mesa de dibujo para resolver una cuestión concreta, hemos visto que por lo general no se alcanza del todo el objetivo para el cual fueron hechas, pues en algunos casos queda rápidamente obsoleto el planteamiento, especialmente cuando el automóvil llega retumbante a desplazar al peatón.
En esta ocasión traemos una ciudad que del todo se aparta de nuestro tema de estudio. Se trata de una ciudad que ha envejecido naturalmente cambiando de forma y se ha expandido siendo demolida y reconstruida una y otra vez; se la puede leer en capas: una romana, otras de la edad media y el renacimiento, sobre las cuales aparece una del siglo XIX, para finalmente ser más evidente a nuestros ojos las expansiones del siglo XX.
En Sevilla no vamos a encontrar las calles rectilíneas de la ciudad planificada, más bien vamos a recorrer calles sinuosas que suben suaves pendientes, tampoco vamos a presenciar las perspectivas con edificios monumentales que las rematan, como en tantos conjuntos capitolinos que hemos visto en Putrajaya, Naypyndaw, Nueva Delhi. A lo mejor nos vamos a guiar por algún detalle singular de la arquitectura o por la aguja de alguna iglesia o por la torre de la Giralda que domina sin competencia el perfil de la ciudad vieja.
Mientras que la ciudad planificada nos guía por su geometría y numeración consecutiva de calles, en Sevilla cada calle serpenteante tiene un nombre ligado a su historia, además en esta urbe que posee un gen árabe, el olor es fundamental, por ejemplo cerca a la plaza del Salvador, la gente se reúne a tomar cerveza en las tardes y el olor a incienso es el que nos guía. Al mismo tiempo que en la ciudad pensada y realizada por la razón se dejan amplias zonas verdes y parques lineales en el centro de Sevilla se abren estrechas plazas, en cualquier pequeño espacio se plantan hileras de naranjos agrios.
Ahora bien el que aparentemente en Sevilla no haya una planificación ab origine como en Brasilia o Chandigarh o en cualquiera de aquellas ciudades americanas que se nutrieron de la administración sevillana en el periodo colonial, no quiere decir que la del flamenco se encuentre exenta de lógica, por el contrario, las calles estrechas se han trazado para reducir la radiación solar del verano que en ésta región es particularmente intenso en el verano por la aridez de los campos que la rodean.
El Guadalquivir serpentea formando meandros y la mayor parte de la ciudad vieja y de moderna como el barrio de Las Letanías donde ahora vivo, son tierras ganadas al curso del rio y por tanto construidas en las llanuras de inundación, por ello incluso en este invierno se ven mosquitos tan grandes y feroces como los del trópico.
El interior de las viviendas en el barrio antiguo es reflejo de las vías irregulares pues los lotes son igualmente anómalos, los espacios suelen ser de todo menos regulares. Las fachadas de los palacios suelen ser relativamente austeras en el exterior, pero al interior se da un sorprendente mundo lleno de riqueza y lujo, habitado por fuentes, puentes, patios, balcones y jardines que no se sospechan desde las callejuelas curvas.
Cuando en la ciudad planificada se nos da una localización podemos saber por la nomenclatura más o menos donde se ubica el lugar al que vamos y la dirección que debemos tomar, sin embargo dar una dirección en Sevilla “vieja” es una tarea en suma difícil, nos dice quien de buena gana nos indica una dirección –mire tome usted por esa callecita estrecha de Pajaritos, torne a la izquierda, allí la vía se divide en dos partes, tome del lado derecho y baja…- con lo cual termina uno por extraviarse y descubrir recodos sinuosos, que final construyen nuestra percepción de la ciudad.
La Sevilla nueva es planificada por sectores, barrios diseñados componen la expansión metropolitana, generalmente se desarrollan edificios de viviendas de unos 10 niveles, aparecen además largas avenidas y extensos parques lineales sembrados de arboles de una misma especie, sobre los cuales corre la ciclovía que en Sevilla es muy usada debido a lo plano del terreno.
Pero la sinuosidad y el organicismo de la ciudad traen consecuencias violentas para la ciudad pues con la introducción del automóvil y de los sistemas de transporte masivo fue necesario demoler algunos edificios viejos tal vez invaluables más que por su arquitectura por su historia. Mientras que en las ciudades planificadas se espera evitar cualquier modificación futura al prever el crecimiento, dejando vías rectas y amplias que se comunican con eficacia entre sí, por ejemplo en Sevilla se ha demolido la muralla como en casi todas las ciudades europeas, al mismo tiempo el viejo acueducto romano se derribó al quedar obsoleto, dejando apenas unos pequeños trozos.
Solo los habitantes de la ciudad vieja pueden recorrer las callejuelas sin extraviarse y ubicarse sin problema, mientras que los turistas que cada temporada invaden el centro suelen perderse irremediablemente en el laberinto de calles con nombres curiosos, especialmente para el hispano hablante. La ciudad nueva en Sevilla ha retomado la costumbre de nombrar las calles por singularidades de la cultura por lo cual al pedir una ubicación es posible perderse aunque la propuesta espacial se ubique en un plano cartesiano.
Sevilla no es planificada es producto de una historia natural un devenir de siglos una superposición de épocas y formas en la arquitectura y el trazado de las calles. Su lectura es algo que se va aprendiendo solo al recorrerla y perderse en ella. Es imposible orientarse si no se la conoce. Ha costado mucho dotarla de servicios. Los ornamentos de los edificios nos indican donde estamos, el olor también nos guía y su planificación es una categoría diversa a la que estudiamos e internamos cazar como mariposas. Es en síntesis la antítesis de lo que estudiamos, pero justamente por eso la hemos abordado porque la hemos visitado, pero por sobre todo porque no es lo que estamos buscando y a pesar de ello es una ciudad tan especial y romántica como no se puede imaginar.